película “12 trampas” / Irsa Yanes

Me gustaría hablaros de la última película que he visto recientemente. Se trata de una película de acción típicamente americana por su puesta en escena, espectacularidad visual y un presupuesto de 22 millones de dólares que lucen muy bien en pantalla. Se trata de la última película de Renny Harlin, “12 trampas”, protagonizada por John Cena como Danny Fisher.

Todo empieza cuando Danny Fisher, un   detective de policía, detiene a uno de los ladrones más buscados, Miles, después de una persecución en la que la novia del delincuente muere de forma accidental. Justo un año después de ponerlo  entre rejas, Miles se escapa y contacta con Fisher para anunciarle su venganza. Tras hacer volar por los aires su coche y su casa Fisher queda avisado de que esto va en serio y que peligra la vida de su novia. Miles le propone un juego en el que no está dispuesto a perder y en el que Danny se ve obligado a recorrer toda la ciudad de New Orleans superando doce pruebas de alto riesgo que el malvado de la función le ha preparado. Superar un asalto le lleva a otro, y así sucesivamente. Si los supera todos, tendrá la oportunidad de salvar a Molly, pero si falla, ambos morirán.

Tras una hora de película recorriendo la ciudad de un lado a otro, con tiempo límite, con bombas y explosiones por el medio, haciendo maniobras imposibles y todo eso recibiendo instrucciones de Miles vía teléfono, Danny descubre que la venganza no era el objetivo principal de su enemigo. Todo era una medida de distracción para hacerse con una cifra descabellada de dinero. Un plan ingenioso en el que cada prueba que Fisher superaba le abría paso a su objetivo.

El inverosímil final, en mi opinión, estropea un poco el conjunto. Lanzarse desde un helicóptero descontrolado desde un montón de metros de altura y caer en una piscina sin hacerse un rasguño ni partirse los huesos contra el fondo, no se lo cree nadie.

La trama, todo hay que decirlo, es muy parecida a la de la tercera entrega de “La jungla”, añadiendo el secuestro y cambiando situaciones. Eso por no hablar de cómo remite a las escenas míticas de otras películas como “Speed” (la bomba humana en el autobús), “La roca” (el tranvía a punto de descarrillar) o “Crank” (la lucha final en el helicóptero). Quizás ya hayamos visto todo esto en otras producciones cinematográficas, pero la manera de ligar la trama y las secuencias trepidantes bien resueltas enganchan al espectador. Idealizamos al protagonista convirtiéndolo en el héroe que tiene que superar pruebas en un laberinto, puede que sin salida, lleno de peligros y acción. El “¿cómo piensa resolver esto?”, es lo que nos mantiene en tensión.

El formato de resolución de la trama, también alude a muchas de las producciones de thriller. Se descubre todo el pastel. Todo aquello que había permanecido fuera de campo durante la primera hora, resurge ahora en pantalla. Todo lo que sucedía al otro lado de la acción principal, nos es mostrado en unos minutos y a partir de allí las dos tramas paralelas se juntan.

Y por último, el final es el más típico de los tópicos. Una  lucha final en la que el malo muere, el bueno gana salvando a la chica por los pelos de forma espectacular, y en este caso, totalmente surrealista.

En definitiva, el estilo visual muy actual, la estética videoclipera y una intensa trama constituyen una obra de puro entretenimiento para todos los públicos.

IRSA YANES